AMBIAFME, un año cumpliendo objetivos

AMBIAFME, un año cumpliendo objetivos

Lucas González reconoce que el SCRAP, en su primer año de vida, ha cumplido objetivos, avanzando de la mano de sus asociados en la labor de dar una correcta gestión a los residuos de material eléctrico y electrónico.

AMBIAFME cumplió el pasado 15 de agosto un año de actividad con el saldo de 1.300 toneladas de residuos reciclados, ¿ha cubierto esa cifra los objetivos previstos por esta entidad, resultante de la colaboración de AMBILAMP y AFME?

Como SCRAP dedicado a la recogida de residuos eléctricos, nos sentimos muy satisfechos de ese balance, dado que nos pusimos en marcha el pasado 15 de agosto de 2018 partiendo de cero en la recogida de un residuo que, hasta ese momento, nadie se ocupaba de él, ni tan siquiera se interesaban por saber a dónde iba. Por eso, llegar en tan sólo un año a las 1.300 toneladas, nos parece un balance tremendamente positivo y una meta muy satisfactoria.

La realidad es que nacimos con el objetivo de dar servicio principalmente a los productores de AFME, que suponen actualmente el 70% del centenar de productores adheridos con que contamos, además de otros organismos independientes de AFME que se han ido incorporando al proyecto, y en esa labor estamos volcados. Se trata de ayudarles a que cumplan con las obligaciones de reciclado y reutilización derivadas de los últimos cambios introducidos en la directiva de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.

Fue en agosto de 2018 cuando desde Europa se determinó que toda una serie de nuevos productos, que anteriormente se gestionaban por otras vías, pasaran a ser responsabilidad del productor, del fabricante, implicando además al resto de la cadena. Y con ese argumento, en AMBIAFME pretendemos dar respuesta a una nueva situación, aportando las mejores soluciones y mecanismos que conduzcan a la recogida y reciclado efectivo de los nuevos productos. Por tanto, no es extraño que nos sintamos satisfechos tanto por la cifra de residuos gestionados como por la propia difusión y sensibilización del tema.

Se refiere a impulsar la mentalidad de reciclaje entre distribuidores e instaladores.

Es una realidad que se materializa y se hace tangible cada vez más. Y en ese proceso, resultan sumamente importantes los continuos encuentros que mantenemos con FENIE para abordar toda esta temática con sus asociados.
Consideramos que es preciso y prioritario trabajar muy de la mano con los agentes que integran la cadena de valor, aunque puede ocurrir que, cuando hablamos de ciertos aparatos de material eléctrico muy pesado o voluminoso, el canal de recogida no implique a la distribución, cuya actividad puede culminar, en ocasiones, en el momento de realizar la venta de esos productos.

Es en estos casos donde entran en juego otros actores en los que recae el peso de los proyectos de obra y demolición, un segmento que nos interesa explorar y trabajar para implementar de la mejor manera posible la recogida, y que forma parte de los retos planteados para 2020.

De todas formas, queremos y necesitamos seguir estableciendo acuerdos y alianzas con la distribución e instaladores, con los que desarrollamos algunas de las pruebas pilotos que tenemos en cartera. Una de ellas es el diseñado de un contenedor muy específico para estos colectivos, que les facilita enormemente la recogida y reciclado al disponer de diferentes elementos de comunicación e identificación del material que agilizan la tarea, además de contar con trazabilidad QR.

Este modelo lo hemos desarrollado pensando en implementar y mejorar la recogida en relación al material eléctrico, porque si bien en el sector de la iluminación el reciclaje ya está plenamente asumido, en esta otra escala es todavía incipiente, por lo que nos queda más camino por recorrer.

Estamos hablando de unas tipologías de producto muy diferentes entre sí, y no sólo por tamaño o por materiales, sino por el propio uso, ya que hay productos y equipos de material eléctrico que, a diferencia de las lámparas que resultan inservibles cuando se funden, pueden volver a ser reutilizados por el propio instalador para realizar la misma u otras funciones similares.

Nos consta el gran esfuerzo de comunicación e información desarrollado por los miembros de AMBIAFME en todo este tiempo, ¿Continuarán con esa línea de trabajo o tienen previsto emprender otro tipo de actuaciones?

Hasta ahora, hemos enfocado nuestra estrategia, consensuada con los propios productores que participan muy activamente en las decisiones, a comunicar e informar sobre esta nueva actividad. De hecho, diseñamos una intensa agenda de trabajo para el periodo 2018-2019, con una importante presencia comunicativa y formativa en la mayor parte de eventos del sector, para hacer partícipes a los fabricantes, importadores y canales de venta online de sus obligaciones.

Así, se nos ha podido ver en jornadas, encuentros, ferias y foros de distinto calado programados en estos dos últimos años para poder llegar al máximo de profesionales y canales de recogida, explicándoles con mucho detalle lo que ha supuesto esta iniciativa.

El objetivo pasaba por llegar al máximo número de implicados, y una buena forma de hacerlo ha sido estableciendo un diálogo fluido y abierto con las asociaciones y federaciones sectoriales, con las que seguimos estrechando alianzas. Sin embargo, superada esa primera etapa, ahora el foco está puesto en la apertura a otros campos, de ahí una primera toma de contacto con AEDED (Asociación Española de Empresarios de Demolición) para implicarlos en esta tarea.
Esperamos también que lo que hemos sembrado durante 2018 y 2019 fructifique en el 2020, que será un año de consolidación y de refuerzo, pero también de apertura a otros canales donde creemos que es necesario focalizar mayores esfuerzos.

¿Están, como AMBIAFME, en línea con los resultados alcanzados por otros SCRAP europeos?

Todavía es pronto para establecer comparativas con otros colegas europeos, aunque he de decirle que se da la singularidad de que somos el único SCRAP específico de material eléctrico que se ha creado en Europa.

Los países vecinos han adoptado modelos de SCRAP que afectan a una relación más amplia de productos, ya que el inventario o guía establecida por la Directiva afectaba a diferentes categorías que van más allá del puro material eléctrico.

Lo más parecido que existe es el SCRAP francés, que empezó a operar por acuerdo voluntario de sus adheridos incluso antes de que se aplicara la Directiva en 2018.

Una cifra que AMBIAFME ha podido superar gracias no sólo al trabajo realizado sino también al apoyo prestado por AMBILAMP, ¿no es verdad?

Desde luego, pero no sólo al soporte de AMBILAMP, que ha actuado como un verdadero trampolín de nuestra actividad, sino también a la fortaleza que nos proporciona AFME a la hora de alcanzar resultados importantes.

AFME representa a una amplia mayoría de los fabricantes presentes en el país, por lo que dispone de un conocimiento técnico muy potente y buenos canales de comunicación, además de otras ventajas que se reflejan de forma directa en nuestra actividad.

Tiene empuje y carisma, al igual que AMBILAMP, y de todo eso nos nutrimos, aportando además nuestras propias vivencias para llegar a estar muy presentes en el sector.

En el sector europeo de las lámparas, hay una preocupación creciente por la venta online y la gestión de esos residuos, ¿perciben también en AMBIAFME esa problemática?

La realidad es que la preocupación llega a todos los segmentos del sector eléctrico y electrónico. Un estudio del sector revela que las ventas online de algunos de estos aparatos han pasado del 9% en 2017 al actual 15% de 2019, valores que no sólo evidencian que las ventas online suben, sino que también muestran mayor preocupación de los productores que cumplen con la RAEE, especialmente en el sector de las lámparas donde es posible que esos porcentajes se superen.

En este contexto hay que diferenciar entre dos tipos de actores. Por un lado están los fabricantes tradicionales que han tenido que subirse al tren de la venta online, porque si no se quedan desfasados y fuera del mercado.
Se trata de empresas que, mayoritariamente, están dando cumplimiento con la Directiva RAEE, al registrarse con los SCRAP y financiar sus residuos.

En otro plano se encuentran los conocidos como ‘marketplace’ que por su propia onfiguración, al tratarse de un escaparate de productores establecidos en partes muy diferentes del mundo, dan más problema en relación a la gestión de residuos.

Bajo esta figura de marketplace, no se responsabiliza del residuo ya que el vendedor final está en un tercer país, sin hacer frente a las obligaciones de reciclado. Y si bien es verdad que la Directiva contempla la figura del representante autorizado, ésta resulta muy ambiciosa sobre el papel, pero poco efectiva en la práctica.

La solución de este conflicto preocupa mucho en EUCOLIGHT, patronal europea de la que forma parte AMBILAMP en calidad de socio fundador, donde están sopesando distintas posibilidades para que los marketplaces lleguen a asumir parte de la responsabilidad de sus productores. De hecho, este pasado 6 de noviembre se planteó esa propuesta en una jornada a la que asistieron responsables de Amazon, eBay, así como altos representantes de la Comisión Europea que realizaron sus propias aportaciones para llegar a una resolución del problema.

Lo positivo es que, si bien sus propuestas no se ajustan a lo que pretende EUCOLIGHT, es significativo que esas empresas se sienten en la misma mesa y se impliquen en la búsqueda de soluciones para que, poco a poco, el mercado se vaya ordenando.

¿De qué forma ha ido creciendo y evolucionando AMBIAFME?

Si bien a principios de año estábamos en 47 adheridos, ahora hemos subido al centenar, por lo que el incremento es significativo. Nuestra labor en este ámbito es detectar, a través de diferentes herramientas y mecanismos, a las empresas que no están adheridas a un SCRAP y que no estén cumpliendo las obligaciones, para ofrecerles diferentes grados de implicación.

Esa es una tarea muy importante, ya que uno de los principales mandatos de nuestros productores es evitar que otros competidores ejerzan una actividad desleal. Porque no es justo ni admisible que mientras unos cumplen con todas las obligaciones legales y económicas, otros se beneficien del trabajo de los demás.

En base a esa trayectoria, ¿hay perspectivas reales de seguir creciendo?

Esperamos seguir creciendo a un ritmo importante, con el objetivo de situarnos para el año próximo entre los 140 y 150 productores.

¿Qué repercusiones directas tiene todo este trabajo en el medio ambiente y sostenibilidad de un sector tan influyente en la transición o cambio de modelo energético actual?

En este año largo de rodaje hemos tenido tiempo para hacer balance de nuestra recogida y poco más. Así que esos datos relativos al impacto de la actividad en el medio ambiente, que son muy potentes para trabajar a posteriori a nivel comunicación, tendrán que esperar algo más de tiempo.

Hay que ir paso a paso, desglosando primero datos de la recogida y luego reconvertirlo para disponer de ese comunicado directo y más potente.

¿Y están en línea con los objetivos fijados de recogida?

En calidad de SCRAP y de nuestra labor de vigilante, tenemos que reportar a la Administración que, tras una serie de baremos y fórmulas, ha fijado un objetivo colectivo de recogida cercano a las 3.000 toneladas. Pues bien, una vez finalizado el mes de noviembre, puedo decirle que estamos en disposición de cumplir con ese objetivo.

¿Qué otros retos se han fijado para AMBIAFME a medio y largo plazo?

El principal es cumplir con los objetivos de recogida, que en cierto modo es nuestro mandato principal. También está el seguir evitando que haya productores que actúen en el mercado sin cumplir con sus obligaciones de reciclado y, adicionalmente, está el innovar y ser pioneros en esas fases previas al reciclado, como es el ecodiseño o la reparabilidad. Tenemos en mente potenciar la prevención y reutilización en esa etapa previa a la generación del residuo y al reciclaje. Y eso también es economía circular y objetivos de economía sostenible.

También estamos desarrollando un proyecto de prevención de residuos, permitiendo que ciertos productos obsoletos que estén en stocks tengan su salida vía entidades sin ánimo de lucro. Pero se trata de un proyecto incipiente, que nos ilusiona tremendamente, que estamos dando forma, y del que hablaremos más delante.