El futuro de la movilidad será eléctrico, conectado, compartido y autónomo

El futuro de la movilidad será eléctrico, conectado, compartido y autónomo

La movilidad eléctrica está experimentando crecimientos de cuota de mercado desde hace ya una década, que se han acentuado desde el 2015, si bien las cifras de matriculaciones son aún pequeñas en comparación con las del parque de vehículos en general.

No obstante, es la curva que corresponde a un mercado disruptivo, como el de la movilidad eléctrica, y que tras superar las barreras del desconocimiento, barreras tecnológicas y normativas, experimenta un crecimiento en vertical, como ya sucedió con otras tecnologías, como en el caso de la telefonía móvil o los ordenadores portátiles. De cualquier forma, estamos muy cerca ya de superar esas barreras, que cada vez son más pequeñas.

Hay que tener en cuenta que la movilidad eléctrica viene a aportar soluciones a dos variables que van a condicionar el futuro del planeta. Por un lado, la descarbonización del transporte, ya que el modelo actual y que ha venido desarrollándose en el último siglo no puede seguir siendo el que prevalezca en el siglo XXI y posteriores, ya que resultaría inviable desde la perspectiva medioambiental y de calidad del aire, por tanto, de la salud de los habitantes.

Pero además en un mundo cada vez más poblado y con ciudades cada vez más grandes, que demandan un mayor consumo eléctrico ligado a la mejora en la calidad de vida, hay que trabajar en modelos sostenibles que permitan una gestión eficiente de los consumos eléctricos. Y ahí es donde el vehículo eléctrico está llamado a jugar un papel fundamental, pues no solo va a ser un consumo más de electricidad, sino que también podrá entregar electricidad al sistema cuando éste lo requiera.

Tecnología en desarrollo

La tecnología se encuentra en franco desarrollo, no solo desde la perspectiva del vehículo, que ya ofrece baterías de 30, 40 y 60 kWh con autonomías entre los 200 y los 400 kilómetros, sino también desde la óptica de las infraestructuras de recarga, que ya se están instalando con potencias superiores a los 50 kW para reducir tiempos de recarga en itinerancia.

El sector de la automoción y la movilidad están experimentando una revolución industrial, tecnológica y de servicios que se evidencia en todos estos desarrollos y que están ligados a la capacidad del vehículo eléctrico no solo de recudir los problemas ligados a la calidad del aire y al CO2, sino también a la interacción con el sistema eléctrico, que solo el vehículo eléctrico es capaz de tener de entre todos los sistemas de propulsión existentes, y que supone un eje de impulso a las energías renovables, la generación distribuida el almacenamiento energético y el autoconsumo. De ahí la importancia que tiene el vehículo eléctrico, más allá de los beneficios que proporciona desde la perspectiva medioambiental y de movilidad rodada.

En cuanto a incentivos para su despegue, la movilidad eléctrica cuenta con ayudas y subvenciones desde el año 2010, a través del impulso del Plan Movele. Sin embargo, esas ayudas han sido poco eficaces, ya que no han sido ambiciosas en lo económico y tampoco en relación a los objetivos que pretendían. Además, no han tenido continuidad en el tiempo, lo que ha generado incertidumbres y distorsiones en el mercado, propiciando cierta frustración entre los potenciales compradores -que no sabían cuándo había ayudas-, y entre las marcas y concesionarios -que no han podido acometer planes comerciales coherentes por esa falta de continuidad entre un plan y el siguiente y porque, en muchos casos, las ayudas se consumían en apenas 24 horas-.

La gestión farragosa que siempre ha acompañado a la tramitación de este tipo de ayudas ha supuesto otra dificultad añadida.

Actualmente, existen los denominados planes Moves, que cada Comunidad Autónoma gestiona a su manera con unas pautas que les han sido marcadas por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía, IDAE, y con diferentes intensidades en función de la región pero que tampoco se han terminado de implementar en todo el territorio nacional.

Con estos mimbres, desde AEDIVE llevamos tiempo reclamando a la Administración central un plan coherente, ambicioso en lo económico, continuado en el tiempo y enfocado a cumplir con los objetivos de descarbonización del transporte y del Plan Integrado de Energía y Clima impulsado por el Gobierno actual.

Es evidente que ese plan de incentivos tiene que ir necesariamente acompañado de una reforma fiscal verde, que hasta ahora no se ha acometido en España y que es imprescindible para alcanzar los objetivos de la Comisión Europea a 2050. Esa reforma se concreta en temas como una reducción del IVA en la adquisición de vehículos cero emisiones y en las señales de precio adecuadas en el impuesto de matriculación, tal y como sucede en países vecinos como Portugal, donde un gravamen adecuado en función de que «quien contamina, paga», envía las señales de precio adecuadas a los ciudadanos a la hora de plantearse la compra de un vehículo. Lo que no tiene sentido es que un vehículo cero emisiones, como lo es un eléctrico, tenga la misma consideración fiscal que otros vehículos que emiten hasta 120 g de CO2.

La formación, una asignatura pendiente

La formación en materia de movilidad eléctrica es una tarea pendiente pero a la vez una oportunidad única de generación de competitividad, emprendimiento y empleo que no podemos desaprovechar.

La movilidad eléctrica tiene una transversalidad que empapa en mayor o menor medida a todos los sectores asociados, como es el caso de los talleres, los concesionarios, las aseguradoras, las academias de conducir, etc., y todos ellos precisan de una formación eficiente a diversos niveles, imprescindible para poder dar servicio y respuesta a las necesidades y consultas de los usuarios y clientes.

Del mismo modo, la formación desde la infancia, con fines educativos y de concienciación, resulta imperativa, ya que las nuevas generaciones, que hoy son niños, convivirán con la movilidad eléctrica de forma natural cuando sean adultos.

Desde AEDIVE, ya estamos trabajando en el desarrollo de formación reglada y divulgativa en diversas áreas y con diversos grados de especialización, consciente de que será una ocasión muy importante para el conjunto de España en cuanto a las oportunidades laborales ligadas a esta nueva automoción que ya está aquí.

Concienciación del usuario

El usuario es cada vez es más consciente del impulso de la movilidad eléctrica, aunque esa evolución de la concienciación ha pasado por diversas fases, desde el desinterés hasta la curiosidad, llegando actualmente al convencimiento de que la movilidad eléctrica forma ya parte -y cada vez lo hará más- de las fórmulas de intermodalidad en el transporte de personas y mercancías.

Sin embargo, lo cierto es que aún queda camino por recorrer, ya que la movilidad eléctrica supone salir de la zona de confort y preguntarse, en primer lugar, si es preciso tener un vehículo en propiedad, analizando los medios que las administraciones (transporte público) y las empresas (taxi, VTC, sharings de patinetes, bicis, motos y coches) ponen a disposición de la ciudadanía.

En el caso de que la respuesta sea afirmativa, la siguiente pregunta es si el vehículo eléctrico es la solución a nuestra movilidad. Para cada vez más ciudadanos, el vehículo eléctrico es la solución más eficiente, y por eso las matriculaciones crecen exponencialmente cada mes y año.

Del mismo modo, los servicios de movilidad compartida en diversas ciudades españolas están acercando el vehículo eléctrico al ciudadano de una forma espontánea y natural, por lo que se están derribando muchas barreras y mitos asociados al desconocimiento y a la infoxicación o información maliciosa en contra de la movilidad eléctrica.

Un futuro más eléctrico

Como no podía ser de otra forma, AEDIVE lleva trabajando desde 2010 en el impulso de la movilidad eléctrica y la labor en esta década ha sido extraordinaria, siendo la asociación de referencia para las administraciones, las empresas y la propia sociedad en materia de vehículo eléctrico, ya que engloba en sus más de 150 empresas asociadas a toda la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios de la eMovilidad. Así, implica no solo a fabricantes de toda clase de vehículos eléctricos e industria auxiliar, sino también a fabricantes de puntos de recarga, operadores de carga, empresas comercializadoras de electricidad, parkings, empresas de renting, concesionarios y talleres, ingenierías y consultorías, aseguradoras y así un largo etcétera hasta llegar a los usuarios finales profesionales, que son las empresas con flota eléctrica, y a los particulares, dado que la asociación de usuarios de vehículo eléctrico, AUVE, está integrada en AEDIVE como socio institucional.

Nuestra asociación ha intervenido en todos los planes estratégicos a nivel nacional, regional y local vinculados a la movilidad eléctrica, asesorando a administraciones y acelerando el éxito de proyectos público-privados entre empresas sinérgicas.

Actualmente, junto con la movilidad eléctrica, AEDIVE se encuentra impulsando proyectos vinculados al vehículo conectado y autónomo, pues sin duda somos de la idea de que el futuro de la movilidad será eléctrico, conectado, compartido y autónomo.

A nivel nacional, la colaboración de AEDIVE se extiende a las asociaciones con las que comparte valor añadido, como las de renting, talleres y concesionarios, parkings, empresas de servicios energéticos, distribuidoras eléctricas, etc., pero también a instituciones públicas como la DGT, el IDAE, organismos de normalización como UNE y agencias de la energía locales y regionales.

Desde la perspectiva internacional, AEDIVE es miembro de la junta directiva de AVERE, asociación europea del vehículo eléctrico, que representamos en España, y también estamos incluidos en grupos de presión en Bruselas como Platform for Electromobility, razón por la cual, AEDIVE dispone también de sede en la ciudad belga.

Más recientemente, se ha abordado un proyecto de impulso de la movilidad eléctrica en América Latina, donde ya se ha impulsado AEDIVE Perú, al margen de reuniones en países como México, Chile o Argentina.

El objetivo de la Asociación es poner en valor todo el desarrollo industrial, tecnológico y de servicios de la movilidad eléctrica en mercados incipientes, pero que van a eclosionar con fuerza en los próximos años y que están necesitados de soluciones que, sin duda, nuestras empresas asociadas son capaces de ofrecer con total garantía.