Más del 23% de la energía consumida en Navarra procede de fuentes renovables

Más del 23% de la energía consumida en Navarra procede de fuentes renovables

Con porcentajes situados en un 23,20% durante el año 2018, la cuota de energías renovables en el consumo final bruto de energía en Navarra ha experimentado un crecimiento relativo del 4,59%. En ese mismo periodo, el peso de las energías renovables en el consumo final bruto de energía en el transporte subió un 44,10%, pasando del 4,46% en 2017 al 6,43% en 2018.

Esos datos fueron ofrecidos por el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Manu Ayerdi, durante la presentación del Balance Energético de Navarra en 2018, donde se recogen las principales fuentes de producción, transformación y consumo de la energía, disgregadas por tipo de combustible y sector económico, y que este año se ha elaborado siguiendo una metodología muy exhaustiva que ha permitido elaborar un índice de trazabilidad y una sectorización de datos superiores a otras ediciones.

Explicó Ayerdi, en este acto celebrado el pasado 20 de diciembre, que la cuota de energías renovables el cómputo final bruto de consumo de energía se convierte en «uno de los indicadores clave en la transición energética», por lo que Navarra se sitúa por encima del objetivo europeo para 2020 (20%), aunque por debajo de la meta del 28% que establecía para 2018 el IV Plan Energético de Navarra Horizonte 2030. En ese Plan se establece el objetivo ambicioso del 50% para 2030, muy por encima del último estipulado por Europa para dicho año, que se fija en el 32,5%.

Convencido de que «existen dos razones para trasladar una razonable expectativa positiva a la sociedad navarra» Ayerdi apuntó, por un lado, el hecho de que el Gobierno en Navarra se encuentre inmerso en la tramitación de «distintos proyectos de nuevos parques eólicos y fotovoltaicos que suman una capacidad nueva de 2.266 MW renovables con al menos autorización de acceso concedida por Red Eléctrica de España, cuando la capacidad actualmente instalada en Navarra ronda los 1.500 MW renovables». A esa opción se suma «la enorme oportunidad que nos va a venir del nuevo marco normativo y tecnológico en torno al autoconsumo y la generación distribuida», esgrimió el consejero, que espera conseguir en los próximos años dar un gran salto cualitativo y cuantitativo en esta actividad.

En cuanto al transporte, Ayerdi puso el foco en la necesidad «de seguir avanzando en la transición hacia la movilidad sostenible», sobre todo con medidas que impulsen tanto la adquisición de vehículos eléctricos como instalación de puntos de carga.

Eficiencia energética

Detallando que el indicador que marca la energía final necesaria para producir una unidad económica, la intensidad energética final, ha descendido un 13,79% en la última década, el consejero explicó que este dato refleja la tendencia creciente de Navarra por alcanzar mayores ratios de eficiencia energética en este territorio. En el último año, de 2017 a 2018, este indicador baja un 1,13%, fruto de que el crecimiento de la economía ha sido mayor que el crecimiento de la energía empleada.

Así, el consumo de energía final ha aumentado en un 2,08%, representando un porcentaje mayor el procedente del petróleo y sus derivados, con un 41,61%, seguido del gas natural, 27,81%, y la electricidad, 19,65%. Estos consumos se han centrado, sobre todo, en los sectores del transporte, con un 37,7%, industria, el 36,14%, y el sector doméstico, de comercio y servicios, con un 18,38%. El consumo en la administración se ha reducido un 0,03%.

En cuanto a la producción de energía se refiere, esta se ha reducido en un 1,18% respecto a 2017, debido sobre todo al grado de funcionamiento de los ciclos combinados.
Acompañando a esos datos, el consejero presentó el Plan de Autoconsumo y Almacenamiento Energético de Navarra, destacando el papel básico del autoconsumo «para alcanzar los objetivos, avanzar hacia la transición energética y conseguir una economía más sostenible». En consecuencia, el plan encamina las líneas estratégicas disponibles para la transición energética hacia un modelo energético «distribuido, participativo y democratizado, libre de emisión contaminante y mayoritariamente electrificado», subrayó.

De hecho, los objetivos que se plantea pasan por maximizar la instalación de energías limpias en todas sus sedes y espacios y aprovechar el excedente con su almacenamiento, además de fomentar el inicio de nuevas instalaciones solares, eólicas, geotérmicas, hidroeléctricas o de biomasa. También prevé incluir en todas las ayudas al autoconsumo una cláusula social por la que se derive parte de esa generación eléctrica de autoconsumo a disminuir los casos de pobreza energética.