Canarias pondrá en marcha 65 nuevos proyectos de energía solar fotovoltaica

Canarias pondrá en marcha 65 nuevos proyectos de energía solar fotovoltaica

Un total de 65 proyectos de instalaciones de energía solar fotovoltaica, que suman una potencia de 255 MW, han sido seleccionados en la convocatoria de ayudas ‘SolCan’. Se trata de un programa gestionado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y cofinanciado por por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que destina unos 20 millones al impulso de las energías renovables en el archipiélago canario.

La puesta en marcha de estos proyectos, cuya finalización se contemplan para finales de 2022, superará los 150 MW estimados en un primer momento, incrementando considerablementela aportación de energía solar al ‘mix eléctrico’ de Canarias.

Con esta ya son tres las líneas de adjudicación de potencia renovable movilizados en los territorios no peninsulares, después de la convocatoria para tecnología eólica en Canarias (EolCan) y la convocatoria para tecnología solar fotovoltaica en Baleares (SolBaL), que en total suponen la movilización de 115 millones de euros en apoyo público y aproximadamente 620 millones de euros de inversión.

Unos 36 nuevos proyectos adjudicados se desarrollarán en la isla de Gran Canaria, superando los 10 millones de euros y una potencia de 119,5 MW. En la isla Fuerteventura se pondrán en marcha otros 18 proyectos, seguida de Tenerife con 6, Lanzarote con 4 y La Gomera con 1.

Renovables en las islas

El objetivo del programa ‘SolCan’, que permite reducir los sobrecostes energéticos en los territorios insulares, se enmarca dentro del objetivo del MITECO para promover estrategias renovables en estos archipiélagos, contando para ello con colaboración de los respectivos Gobiernos autonómicos.

Precisamente, la promoción de estas energías en las islas es uno de los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que reconoce el potencial de estos territorios para protagonizar su propia transición energética, así como “la oportunidad que ofrece la singularidad geográfica para erigirse como campo de pruebas para tecnologías o políticas exportables al resto de la península”, tal y como figura en el PNIEC.