La hoja de ruta de la reconstrucción económica europea pasa por el Green Deal

La hoja de ruta de la reconstrucción económica europea pasa por el Green Deal

Actualmente, la Comisión Europea centra en el Green Deal sus prioridades de crecimiento, haciendo que la transición hacia un modelo más electrificado, ecológico y sostenible se convierta en una inequívoca hoja de ruta a seguir. Ese fue el mensaje que dejó el vicepresidente para asuntos climáticos de la Comisión, Frans Timmermans, en la última reunión del think tank Bruegel, en donde aseguró que el Pacto Verde era tan necesario antes de la crisis desatada por la pandemia como lo es ahora. Timmermans aprovechó el encuentro para avanzar que la UE reforzará, en breve, sus objetivos climáticos para 2030, pasando del actual 40% de reducción en las emisiones contaminantes a la atmósfera a un previsible 50%.

La realidad es que los responsables europeos abanderan una recuperación basada en los objetivos y planes climáticos que, en absoluto, se han visto mermados por la crisis. Al contrario, pues es ahora cuando resulta más necesario apostar por ellos, asegura Timmermans, quien reconoce que “la incertidumbre hace que aumente la presión sobre los gobiernos para adoptar soluciones rápidas”. Y la mejor opción es seguir con esa hoja de ruta inicial, incrementándola en lo posible.

Aunque esta medida no cuenta con el respaldo de algunos de los países miembros, que siguen manteniendo una fuerte dependencia de los combustibles fósiles, como es el caso de Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia, y que justifican su actitud negativa alegando que la disminución en las emisiones podría dañar aún más sus economías, las evidencias que manejan en Bruselas apuntan a que el nuevo planteamiento resulta factible y necesario para impulsar un escenario de crecimiento económico basado en objetivos sostenibles.

Las tres claves del Green Deal

Timmermans justificó el cumplimiento de esa hoja de ruta basándose en tres argumentos claves que convierten al Green Deal en un elemento imprescindible para alcanzar la esperada reactivación. El primero de ellos tiene relación con el momento crucial en que nos encontramos, donde la comunidad científica lleva tiempo lanzando sus advertencias de que resta apenas una década para que el aumento de la temperatura a nivel mundial llegue a un punto de no retorno, a unos niveles nada deseables, con efectos directos  sobre el planeta. Llegados a este punto, el vicepresidente de la CE alerta sobre el peligro de una emergencia climática que, como suele decirse, ya está llamando a nuestras puertas. Por eso su argumentación se centra en que “a pesar de que el coste de la acción climática pueda parecer alto, este acabaría siendo eclipsado por el que supondría la inacción”.

La segunda de las razones se vincula al Plan de recuperación para Europa, que moviliza una cantidad de millones nunca antes vista –en concreto 1.824.300- para relanzar las economías europeas seriamente perjudicadas por las medidas adoptadas para combatir la pandemia y que ahora necesitan de estímulos para remontar esas importantes caídas en el PIB. Lo significativo es que hay aproximadamente un 30% de esa cantidad que está condicionada a apoyar la inversión en proyectos que justifiquen y allanen el camino para las transiciones hacia modelos más sostenibles y digitalizados. Se trata de una importante suma de dinero destinada exclusivamente a medidas que ayuden a alcanzar los objetivos climáticos entre 2021 y 2027. Según sostiene Timmermans,  la crisis actual requiere de medidas expansivas y “el Green Deal ofrecerá un doble beneficio: la inversión necesaria para la transición es del mismo calibre que la necesaria para la recuperación”.

A todo ello hay que sumarle la oportunidad de empleo verde que genera esa transición hacia modelos energéticos más sostenibles. Bajo este razonamiento, Timmermans dejó claro que “no podemos volver a caer en la trampa en la que caímos tras la crisis financiera de 2008”. La receta que propuso fue la de “proteger los salarios y empleos y asegurar que la crisis actual no aumente las injusticias en nuestras sociedades”, poniendo mayor énfasis en la necesidad de combatir un modelo económico que durante años ha generado una creciente desigualdad.