La nueva EPBD, una apuesta por la rehabilitación: Arcadio García Lastra analiza las novedades de la directiva

La nueva EPBD, una apuesta por la rehabilitación: Arcadio García Lastra analiza las novedades de la directiva

La nueva Directiva de Eficiencia Energética en los Edificios (EPBD), que se tramita actualmente en el Parlamento Europeo, priorizará la rehabilitación en todos los aspectos: tanto reglamentarios como económicos. Supondrá un cambio importante en la concepción de un “edificio eficiente” y será una oportunidad para empoderar el sector de las instalaciones térmicas.  El secretario del Comité Técnico de ATECYR, Arcadio García Lastra, analiza en este artículo las novedades de la directiva.

 

 

El escenario geopolítico en el que nos encontramos está marcado por cuatro factores principales: recuperación económica post-pandemia (con ayuda de fondos europeos); crisis energética derivada del conflicto bélico en Ucrania; cambio global de los mercados energéticos (mercado Único Europeo); y lucha contra el cambio climático por la emisión de gases de efecto invernadero (resiliencia): neutralidad climática en el año 2050.

 

En este contexto, la Unión Europea ha establecido los siguientes objetivos en el corto plazo (2030):

 

  • Paquete Fit for 55: incrementar el objetivo de descarbonización a 2030 (reducción de gases de efecto invernadero del 55% frente al 40 % inicial) y obligación de revisar y actualizar la legislación de la UE, y en consecuencia las de todos los Estados.

 

  • Plan REPowerEU: reducir rápidamente la dependencia de los combustibles fósiles rusos y acelerar la transición energética.

 

En estas circunstancia, se está tramitando la publicación de una nueva Directiva de Eficiencia Energética en los Edificios, que sustituirá a la actual Directiva 2010/31/UE, que posteriormente habrá de trasladase a los ordenamientos jurídicos nacionales.

 

El Parlamento Europeo, publicó su propuesta de Directiva (sobre la propuesta de la Comisión) y ahora se negocia en el Consejo Europeo su aprobación definitiva. De ella se desprende que estamos ante una autentica reconversión de nuestro sector económico; la rehabilitación deviene en una actividad prioritaria en todos los aspectos, tanto reglamentarios como económicos.

 

Se refuerza el principio de primero la eficiencia energética y se fomenta un mayor uso y producción de energías procedentes de fuentes renovables

 

El compromiso de reducción del 55 % asumido dentro de la Unión Europea, eleva los porcentajes comprometidos sobre la eficiencia energética global y el porcentaje de uso de energías de fuentes renovables en los usos finales de los sectores difusos, entre los que se encuentra la edificación.

 

En este sentido, el objetivo global de eficiencia en la UE se quiere aumentar del 32,5 % al 36 % (y al 39 % para el consumo de energía primaria) y el porcentaje de energía renovable en el uso final del 32 % al 40 %.

 

Para ello, se refuerza el principio de primero la eficiencia energética (podría bautizarse como el primer principio de la energética edificatoria) y se fomenta el desarrollo de infraestructuras que contribuyan a un mayor uso y producción de energías procedentes de fuentes renovables in situ o en las proximidades de los edificios.

 

Edificación existente: intervenciones profundas

 

Uno de los sectores más tardíos en desarrollar medidas de reducción de gases de efecto invernadero ha sido la edificación existente, y por ello es fundamental modificar las disposiciones legislativas europeas para que doten a los Estados de herramientas que ayuden a desplegar intervenciones profundas de edificios existentes.

 

La nueva directiva introducirá otros indicadores de eficiencia energética para descarbonizar el sector de la construcción, con cambios en las definiciones que aumentan la ambición de los esfuerzos de rehabilitación, que obliga a revisar los planes nacionales de rehabilitación y crea un nuevo indicador para el cálculo de las emisiones del ciclo de vida para los edificios de nueva construcción.

 

La preparación inteligente del edificio será clave para proporcionar mayores datos sobre el consumo y su calidad ambiental interior

 

En la nueva directiva también se establecen nuevas disposiciones para obligar a evaluar la preparación inteligente del edificio y proporcionar mayores datos sobre el consumo y su calidad ambiental interior a los propietarios y compradores para garantizar la comparabilidad no solo energética sino de calidad interior.

 

Se considera muy adecuado el requisito de garantizar un ambiente interior saludable y considerar que la calidad interior debe analizarse en los cálculos de la eficiencia energética del edificio, monitorizarse e inspeccionarse. Se debe tener presente que las mejoras en el aislamiento y la estanqueidad impide la ventilación natural y conducen a una mala calidad de aire si no se cuenta con sistemas de ventilación mecánica eficientes y eficaces.

 

Se valora positivamente que se priorice la intervención de edificios en riesgo de pobreza energética frente a otros, lo que permitirá acceder a servicios esenciales de calefacción y refrigeración durante todas las épocas del año a familias en riesgo de exclusión social.

 

Es acertada la inclusión explícita en el objeto de la Directiva de la reducción de gases de efecto invernadero y no solo de energía primaria. Hay que recordar que el objetivo global adquirido por la Unión, es alcanzar un balance neto neutro en el año 2050 de las emisiones antropogénicas de estos gases, y es importante conocer la implicación que los edificios tienen en esta transición. Además, los edificios del futuro, no emitirán gases de efecto invernadero, pero si consumirán energía, eso sí, renovable o residual.

 

Nuevo nivel óptimo de rentabilidad

Se define un nuevo nivel óptimo de rentabilidad, lo que supondrá una modificación de los umbrales recogidos en el CTE DB HE 0. Dentro de estas modificaciones, se encuentra la inclusión de los derechos de emisión y beneficio por energía y la gestión de los residuos. Se advierte que, la concepción de un edificio eficiente cambia radicalmente en muchos casos al tenerse en cuenta estos aspectos. Por ejemplo, se ha publicado recientemente la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una economía circular, de 8 de abril, que aumenta notablemente la tasa de residuos e incide en que cada operador pague por aquello que contamina. Esto supondrá que, edificios de usos como la restauración, no gestionen sus residuos como si fueran domésticos, con un aumento notable en su tasa de recogida al tener que ser ellos quienes lo gestionen o lo contraten.

 

El cambio que se avecina no solo será medioambiental y económico, sino también cultural

 

Quiero terminar indicando, que este nuevo cambio normativo es algo inédito en la historia, no es simplemente un cambio medioambiental o económico, sino cultural. Europa será el espejo del mundo en esta transición y España debe, y en mi opinión puede, ser un referente.

 

El cambio es inevitable y se producirá sí o sí, pero debemos empezar sin conocer las soluciones que debemos plantear, y para ello debemos apoyarnos en el conocimiento científico y fomentar los encuentros entre técnicos para intercambiar información y poder avanzar todos sin cometer errores sistemáticos. Para ello, también debemos trabajar en tecnificar una mano de obra hoy insuficiente y aun sin cualificar.

 

Desde Atecyr, creemos que para contribuir a los nuevos objetivos y desarrollar los nuevos principios generales marcados en la Unión para los edificios existentes, el texto es adecuado y proporcionado, con los considerandos anteriores.

 

Estamos en un momento histórico para empoderar el sector de las instalaciones térmicas y en nuestra mano está el hacerlo.