Este domingo habrá que atrasar los relojes: comienza el horario de invierno

Este domingo habrá que atrasar los relojes: comienza el horario de invierno

Ya está aquí el horario de invierno, por lo que a partir de la próxima semana amanecerá antes y anochecerá también más temprano. Como cada año, y en cumplimiento de la Directiva 2000/84/CE de la Comunidad Europea, el cambio de hora se produce el último domingo de octubre, que este año recae en el día 31. De esta forma, durante la madrugada del sábado al domingo los relojes se retrasarán una hora: a las 03.00 horas volverán a ser las 02.00 horas.

Este horario estará vigente hasta el mes de marzo, momento en el que comenzará el de verano. Los dos cambios de horario se vienen realizando en la Unión Europea desde 1981 y tienen como objetivo ahorrar energía, aunque no existen en consenso entre los expertos en asegurar la eficacia de la medida. Esto, unido a la alerta de los especialistas de que los cambios horarios pueden ser perjudiciales para la salud llevaron en 2018 a una consulta pública en la Comisión Europea.

La  consulta, realizada entre los países socios arrojó un saldo muy favorable para acabar con este cambio de hora: más de un 80% de los encuestados se mostraron a favor de que en marzo de 2019 se produjera la última modificación del horario. Sin embargo, la falta de consenso y las evaluaciones reales de impacto determinaron que fuera en 2021 cuando se produzca la desaparición definitiva, dando a cada país la opción de permanecer en el de invierno o en el de verano. Ahora, y debido a la crisis sanitaria, la decisión vuelve a aplazarse una vez más.

¿Realmente se ahorra energía?

Para determinar si realmente los cambios estacionales de hora favorecen el ahorro de energía, en febrero de 2019  la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo realizó un  informe en el que se determinaba que estos ahorros son marginales y que no hay certeza que se obtengan en todos los estados miembros.

Si bien se admite que pueden contabilizarse ahorros en iluminación, no resulta tan evidente que esa eficiencia sea extensible a la calefacción, que incluso podría aumentar su consumo. Además, según indicaron los expertos, los resultados son difíciles de cuantificar ya que están influenciados por factores externos, como la meteorología, la geografía y el comportamiento de los usuarios.