La rehabilitación y reforma sufre de manera intensa los efectos de la crisis del coronavirus

La rehabilitación y reforma sufre de manera intensa los efectos de la crisis del coronavirus

Si bien todos los sectores de actividad relacionados con la construcción se han visto afectados, «de manera significativa», por la crisis del coronavirus, el segmento de la reforma y rehabilitación ha sufrido los efectos «de forma más intensa», debido a las restricciones impuestas a las obras en edificios habitados, señalan desde ANNER, la patronal que agrupo a las empresas del sector. La asociación considera, además, que esta incidencia o afección se agravará en función del tiempo que perdure esta crisis y del proceso de reincorporación al trabajo.

Para este sector, la  paralización de la actividad ha llevado a las pequeñas y medianas empresas a solicitar ERTEs, y en el caso de los autónomos, a no tener capacidad de ingresos, lo que ha obligado a muchos a cesar también su actividad. Y aunque las ayudas y políticas incentivadoras del Gobierno y la Comunidad Autónoma de Madrid  para paliar las consecuencias de la Covid-19 son positivas, éstas «resultan insuficientes, y hacen difícil lidiar con las complicadas consecuencias que implican el cese de la actividad del sector de rehabilitación y reforma, lo que plantea muchas incertidumbres sobre el futuro». Por ello, ANNER se muestra esperanzado con que se ponga en marcha un plan de recuperación específico, «que permita dinamizar al sector de forma rápida, que impulse la rehabilitación y la reforma y haga de nuestro sector un pilar de la deseada recuperación, siempre garantizando la seguridad de las personas y siguiendo todas las medidas de seguridad decretadas por el Ministerio de Sanidad».

Situación actual

A pesar del levantamiento de la actividad el 13 de abril, la situación sigue en la actualidad siendo complicada, ya que la vuelta a la actividad no es igual en obra pública, locales comerciales a pie de calle, rehabilitaciones integrales de edificios, y en general en aquellas en las que no hay habitantes, y por lo tanto, no presentan un peligro sanitario, si se mantienen las medidas de forma muy estricta. La mayor dificultad, señala ANNER, está en las viviendas de la Comunidad, ya que está prohibido intervenir si hay habitantes en el edificio y sólo se  podría hacer si es desde el exterior, en fachadas o cubiertas, o es una situación  de emergencia.

Sí se mantiene, por el momento, el trabajo en las obras, “ya que no hay ninguna indicación contraria que lo indique”, señala la asociación, incidiendo en que también están disminuyendo los problemas a abastecimiento de equipos de protección, «y los trabajadores pueden empezar a trabajar con seguridad».

ANERR espera que la situación se normalice lo antes posible, ya que “la recuperación del sector dependerá de lo que se alargue el estado de alarma” y se muestra optimista con el futuro de la actividad, “pues la renovación, reposición, reforma y rehabilitación son sectores fundamentales para reactivar la economía, en un momento en que otros sectores como el turismo van a verse muy rezagados en su recuperación.